2 pechugas de pollo.
2 tazas de pan rallado.
2 cucharadas de queso parmesano rallado.
1 cucharadita de albahaca.
1 cucharadita de orégano.
1/2 cucharadita de tomillo.
1 pizca de pimienta negra recién molida.
Sal al gusto.
Aceite de oliva.
Salsa de tomate (sirve una lata de salsa napolitana).
2 lonchas de queso mozzarella para cada pechuga.
Precalienta el horno a 200ºC y forra una fuente o bandeja con papel de aluminio.
En un bol o tazón de cocina mezcla el pan rallado, añade el queso parmesano, las especias y una pizca de sal, y mezcla bien.
Limpia las pechugas de pollo de los posibles excesos de grasa y pintalas con un poco de aceite de oliva por ambos lados.
Las pasamos por la mezcla de pan rallado y queso, presionando bien, procurando que queden bien cubiertas y las colocalas sobre la bandeja. Hornealas durante unos 30-40 minutos, hasta que se hayan dorado.
Cubrelas con unas cucharadas generosas de salsa de tomate y una o dos lonjas de queso mozzarella y un poco de pimienta. lleva al horno de nuevo, unos cinco minutos más hasta que gratine el queso.